Día 14 de Febrero. Se celebra San Valentín. Patrón de los enamorados.
¿De dónde viene esta tradición? Existen diferentes historias que explican cómo surgió esta tradición. Una de ellas cuenta que San Valentín era un sacerdote romano, que comenzó a casar parejas de jóvenes enamorados. Estos matrimonios habían sido prohibidos por el emperador Claudio II, el cual quería a los jóvenes solteros.Consideraba que estos eran mejores soldados cuando no tenían ataduras. Al continuar con los matrimonios San Valentín fue encarcelado y más tarde, el 14 de febrero, ejecutado.
Por ello, en esta fecha es costumbre que los enamorados muestren su amor mediante cartas, regalos, cenas o escapadas románticas.
Por la parte que me toca, voy aprovechar esta fecha para reflexionar sobre el amor. Y en particular sobre el amor a uno mismo. Quererse, cuidarse y aceptarse tal cual somos. Con nuestros errores y nuestros éxitos. Incondicionalmente.
Este tipo de amor es menos valorado que el amor romántico. No existen grandes películas que hablen del amor a uno mismo, y de cómo quererse.En general preferimos películas románticas en las que los protagonistas dan TODO por amor. ¡Incluso la vida!
Es esperable sentir dolor y malestar por amor en algún momento de nuestra vida.Pero amar no es sinónimo de sufrir. Una ruptura o fracaso amoroso se convierte en sufrimiento si creemos que los demás son los responsables tanto de nuestra felicidad como de nuestra desdicha. Si compartes esta creencia, siento anunciarte un gran sufrimiento por amor.
Si queremos aprender a amar, hay que entrenarse primero en amarnos a nosotros mismos.
Es importante diferenciar entre DESEAR ser amado y NECESITAR ser amado. Todos tenemos el deseo de sentirnos amados, protegidos y valorados. Pero cuando este deseo se convierte en necesidad, cualquier dolor o frustración amorosa convertirá nuestra vida en un infierno. El hambre de amor, de aprobación de los que están a nuestro alrededor, refleja sin duda, un vacío interior. Estamos buscando en los demás, lo que podemos aprender a darnos por nosotros mismos.
El amor propio es autoestima puesta en acción. La valoración positiva de nuestras capacidades, pensamientos y acciones, que hace que aumenten nuestras conductas destinadas a cubrir nuestras propias necesidades.
Este fragmento de uno de los libros de Walter Riso, representa la manera sana de vincularnos con nuestra pareja, sin olvidar que nosotros somos lo más importante.
“…Si estas a mi lado, me encanta, lo disfruto, me alegra, me exalta el espíritu, pero si no estás, aunque me resienta y me hagas falta, puedo seguir adelante. Igual puedo disfrutar de una mañana de sol, mi plato preferido sigue siendo apetecible (aunque como menos), no dejo de estudiar, mi vocación sigue en pie y mis amigos me siguen atrayendo. Es verdad que algo me falta, que hay algo de intranquilidad en mí, que te extraño, pero sigo, sigo y sigo. Me entristece pero no me deprimo. Puedo continuar haciéndose cargo de mí mismo, pese de tu ausencia.
Te amo sabes que no te miento, pero no implica que no sea capaz de sobrevivir sin ti.
He aprendido que el desapego es independencia y esa es mi propuesta…No más actitudes posesivas y dominantes… Sin faltar a nuestros principios, armémonos en libertad y sin miedo a ser lo que somos…”
Walter Riso. “¿Amar o depender?”
El amor es una operación en la que nos adaptamos al otro, sin necesidad de dejar de ser uno mismo. Y cuando esto es así, estamos seguros de poder amar y disfrutar de la sensación de ser amados.
¡FELIZ SAN VALENTIN!